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How to boost cannabis root development

Cómo potenciar el desarrollo de raíces de cannabis para lograr plantas gigantes

Por: Contributor Cultivo

En el cultivo, las raíces de cannabis son los cimientos que sostienen el éxito de una  cosecha, ya que son responsables de absorber agua y nutrientes, anclar la planta en el sustrato y producir hormonas que regulan el crecimiento. En primavera, cuando los cultivadores de exterior germinan sus semillas, cada día es crucial para establecer un sistema radicular robusto que transforme las pequeñas plántulas en magníficos ejemplares. Y en este artículo te enseñamos cómo lograrlo.

Las raíces de cannabis son el primer órgano del cannabis que, tras la germinación de las semillas, entra en contacto directo con el medio de cultivo, constituyendo el fundamento invisible, pero absolutamente crucial, para el desarrollo de la planta, la base de toda la estructura que se desarrollará posteriormente por encima del sustrato.

Este sistema radicular se presenta en una organización jerárquica y piramidal que optimiza su función de absorción y anclaje. La raíz principal pivotante crece de modo vertical hacia el interior del sustrato, mientras que las ramificaciones secundarias que nacen de esta raíz principal se expanden horizontalmente por todo el medio de cultivo, lo que permite una colonización eficiente del espacio disponible, maximizando el acceso a agua y nutrientes.

Seleccionando el sustrato adecuado para las raíces de cannabis

La elección del sustrato es una de las decisiones más importantes para fomentar la salud y el desarrollo de las raíces de cannabis. Y un sustrato óptimo debe poseer un equilibrio preciso entre capacidad de retención de agua y aireación: debe ser lo suficientemente esponjoso para permitir la expansión libre de las raíces, pero también capaz de absorber la humedad y los nutrientes necesarios para el crecimiento, además de presentar bolsas de aire que permitan la oxigenación adecuada de estas raíces.

El pH del sustrato también juega un papel crucial, ya que afecta directamente a la disponibilidad de nutrientes. Para el cannabis, un pH ligeramente ácido (entre 6,0 y 6,5 para cultivos en tierra) maximiza la disponibilidad de la mayoría de los nutrientes esenciales. También hay que prestar atención a la temperatura del agua y del sustrato, que esté entre 20-25° C para evitar el choque término radicular, especialmente en suelos fríos o áreas con corrientes de aire.

Una mezcla equilibrada para potenciar las raíces de cannabis podría estar compuesta por:

  • 50-60 % de sustrato de alta calidad a base de turba.
  • 20-30 % de perlita para mejorar la aireación.
  • 10-15 % de humus de lombriz para enriquecer con microorganismos beneficiosos.
  • 5-10 % de fibra de coco para mejorar la retención de agua de manera equilibrada.
Cómo potenciar el desarrollo de raíces de cannabis para lograr plantas gigantes
Aspecto de unas raíces sanas en un sustrato aireado.

Para plantas destinadas a crecer hasta tamaños excepcionales, es recomendable aumentar ligeramente la proporción de perlita hasta un 30-35 % para garantizar que el sustrato mantenga sus propiedades aireantes, incluso cuando las raíces de cannabis hayan colonizado gran parte del espacio disponible.

Dominando las técnicas de riego

El riego es otro de los factores determinantes en el desarrollo radicular del cannabis. Las plantas producen raíces más extensas cuando se ven obligadas a «buscar» el agua, algo que puede aprovecharse mediante técnicas de riego específicas para estimularlas a expandirse en búsqueda de humedad.

En las primeras etapas de desarrollo, las plántulas de cannabis requieren riegos más frecuentes, pero en menor cantidad; a medida que el sistema radicular se desarrolla, es recomendable ir espaciando los riegos y aumentando gradualmente el volumen de agua. Un principio fundamental para potenciarlo es permitir que el sustrato se seque parcialmente entre riegos, lo que crea ciclos de humedad-sequedad moderada que estimulan a las raíces de cannabis a expandirse en busca de esta agua, haciéndolas más ramificadas.

Existen varios métodos efectivos para determinar el momento óptimo de riego, evitando tanto el exceso como la escasez de agua. El método del peso de la maceta consiste en pesarla después de regar y nuevamente cuando esté seca: cuando el peso se reduce aproximadamente a la mitad, es momento de volver a regar. La prueba con el dedo, aunque más subjetiva, también proporciona información valiosa sobre el estado de humedad del sustrato. Consiste en introducir un dedo en el sustrato hasta 2-3 cm de profundidad; si está seco, es momento de regar.

Otra técnica efectiva para potenciar el desarrollo radicular consiste en regar en círculos concéntricos, comenzando cerca del tallo y expandiéndose gradualmente hacia los bordes de la maceta. Este método incentiva a las raíces de cannabis a extenderse horizontalmente en busca de agua. El riego por capilaridad, donde el agua se suministra desde abajo, también fomenta que las raíces crezcan profundamente buscando la fuente de humedad, lo que resulta especialmente efectiva para desarrollar sistemas radiculares potentes.

Cómo potenciar el desarrollo de raíces de cannabis para lograr plantas gigantes
En los sistemas hidropónicos el desarrollo de las raíces es mucho más veloz.

Aprovechando el poder de los hongos micorrízicos

Los hongos micorrízicos son aliados poderosos en el cultivo de cannabis, formando relaciones simbióticas con las raíces que potencian su desarrollo. Estos microorganismos extienden el alcance del sistema radicular y mejoran la absorción de nutrientes, lo que resulta en plantas más grandes y resistentes.

Esta relación simbiótica es tan antigua como las propias plantas terrestres. Hace aproximadamente 400 millones de años, cuando las plantas migraron del océano a la tierra, dependían de los hongos para absorber nutrientes y agua, ya que aún no habían desarrollado sistemas radiculares propios. Esta interdependencia evolutiva ha persistido incluso después de que las plantas desarrollaran sus propias raíces, demostrando su valor adaptativo.

Los hongos micorrízicos, como Rhizophagus aggregatus o Rhizophagus prolifer/irregularis son altamente efectivos y algunos cultivadores recomiendan combinarlos con compost para maximizar los beneficios. Estos hongos colonizan las raíces de cannabis y extienden hifas microscópicas en el sustrato, aumentando significativamente el área de superficie para la absorción de nutrientes. Estas hifas pueden triplicar la masa radicular fácilmente. A cambio, la planta proporciona carbohidratos producidos mediante la fotosíntesis, creando una relación mutuamente beneficiosa.

Otras técnicas avanzadas para potenciar el desarrollo de raíces

El trasplante progresivo, pasando la planta a macetas cada vez mayores conforme coloniza el sustrato, estimula la formación de nuevas raíces y previene el estancamiento. También el uso de macetas de tela o con paredes aireadas promueve el “air-pruning”, una poda natural de las raíces que fomenta la ramificación interna y evita que se enrollen en los bordes del recipiente. 

Además, la oxigenación del agua de riego mediante bombas de aire o la agitación vigorosa previa al riego incrementa el contenido de oxígeno disuelto, beneficiando directamente al metabolismo radicular cuando esta agua entra en contacto con las raíces.

Los bioestimulantes representan otra herramienta poderosa para potenciar el desarrollo radicular desde las primeras etapas de crecimiento. Estos productos contienen compuestos que actúan directamente sobre los mecanismos fisiológicos que regulan el crecimiento de las raíces. Las algas marinas, por ejemplo, contienen citoquininas naturales y otros reguladores de crecimiento que estimulan la división celular en los tejidos radiculares, promoviendo la formación de nuevas raíces y la ramificación de las existentes.

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Sin hormonas de enraizamiento vs. con hormonas de enraizamiento.

Los ácidos húmicos y fúlvicos, además, mejoran la estructura del sustrato y forman compuestos complejos con micronutrientes, haciéndolos más disponibles para las raíces, estimulando directamente la actividad metabólica de las células radiculares.

Signos de problemas en las raíces

Identificar tempranamente los problemas que afectan al sistema radicular resulta crucial para poder intervenir antes de que el daño sea irreversible. El crecimiento estancado, donde la planta parece detenerse a pesar de contar con condiciones ambientales adecuadas, suele ser uno de los primeros indicadores de problemas en las raíces, ya que no pueden absorber suficientes nutrientes y agua para mantener un crecimiento normal.

La clorosis (amarilleamiento) de las hojas más antiguas, especialmente cuando progresa desde los bordes hacia el interior, puede indicar problemas de absorción de nutrientes móviles debido a sistemas radiculares dañados o insuficientes. Las hojas marchitas o caídas que no se recuperan después del riego también sugieren problemas en la capacidad de las raíces para absorber agua, incluso cuando esta está disponible en el sustrato.

Y si notas olor desagradable procedente del sustrato o de los orificios de drenaje, esto indica condiciones anaeróbicas y posible pudrición radicular, uno de los problemas más graves y difíciles de revertir una vez establecido.

Para superar un problema radicular, es fundamental implementar estrategias específicas para fomentar la regeneración del sistema de raíces. Por ejemplo, la aplicación de productos enraizantes ricos en auxinas naturales o sintéticas estimula la formación de nuevas raíces a partir del tejido sano restante. Estos productos son particularmente efectivos cuando se aplican inmediatamente después de resolver la causa original del problema.

Además, crear un ambiente de baja intensidad luminosa y alta humedad relativa durante el periodo de recuperación reduce el estrés transpiratorio sobre la planta, permitiéndole dedicar más energía a la regeneración radicular. Durante este periodo de recuperación, es crucial mantener un régimen de riego muy preciso, evitando tanto el exceso como el déficit de agua, ya que el sistema radicular comprometido tiene menos capacidad para adaptarse a condiciones subóptimas.

Construyendo la base para plantas colosales

El objetivo final de potenciar el desarrollo de raíces de cannabis desde el primer día es crear plantas que alcancen su máximo potencial genético. Las raíces fuertes permiten un crecimiento vegetativo vigoroso, con copas más grandes que aumentan la capacidad fotosintética, lo que se traduce en plantas más altas, robustas y productivas, capaces de producir cosechas abundantes de brotes de alta calidad. Además, pueden soportar mejor el estrés ambiental, como fluctuaciones de temperatura o sequías; y son menos susceptibles a plagas y enfermedades fúngicas. 

En última instancia, la inversión en desarrollar plántulas con raíces de gigante representa la base más sólida para alcanzar esas cosechas extraordinarias que todo cultivador busca, demostrando que la verdadera grandeza de una planta de marihuana comienza, paradójicamente, en la parte invisible de la misma: sus raíces.

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