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Un año sin cannabis medicinal en Reino Unido

Un año sin cannabis medicinal en Reino Unido

Por: Laura Rueda Medicinal

Hace ya un año, desde noviembre de 2018, que la situación con respecto al cannabis medicinal parecía cambiar en Reino Unido. Gracias a la presión de los activistas, el gobierno modificaba la ley Misuse of Drugs Regulations (Reglamento sobre abuso de drogas) de 2001, haciendo posible que los medicamentos derivados del cannabis puedan ser prescritos con receta del Servicio Nacional de Salud, el NHS (National Health Service), por médicos de Inglaterra, Gales y Escocia.

Presión ciudadana

El origen de esta ley se sitúa en el activismo ciudadano, concretamente en dos casos que fueron muy sonados en Reino Unido: el de Billy Caldwell, de 12 años por aquel entonces, y el de Alfie Dingley, de 6. Los dos sufrían epilepsia refractaria, una enfermedad sin tratamiento para la que el aceite de cannabis ha demostrado proporcionar alivio. El caso de Caldwell fue especialmente mediático, ya que su madre Charlotte fue detenida en el aeropuerto de Heathrow cuando intentaba pasar con aceite de cannabis de contrabando para su hijo.

Un año sin cannabis medicinal en Reino Unido

El ministro de interior, Sajid Javid, declaró entonces que su intención siempre había sido la de “asegurar que los pacientes puedan acceder al tratamiento médico más apropiado” y que era importante “actuar rápidamente para garantizar que, cuando sea el medicamento apropiado, estos productos estén disponibles para prescribirlos a los pacientes”. También dejó claro que no tenía ninguna intención de legalizar el uso recreativo del cannabis y que las regulaciones de 2018 continuaban prohibiendo la planta y sus productos derivados.

No se prescriben recetas

Un año más tarde de estas declaraciones y del anuncio de la modificación de esta ley, se han prescrito menos de veinte recetas desde el NHS. Muchos pacientes enfermos con epilepsia severa, dolor crónico o esclerosis múltiple, han acudido desesperados a clínicas privadas, dejándose cifras de muchos ceros en sus medicamentos. Otros han optado por acudir a otros países y llevarlos a sus domicilios de forma ilegal, arriesgando su libertad.

Según una encuesta de YouGov para Cannabis Advocacy and Support Services (CPASS), servicio de apoyo y defensa del “paciente cannábico”, 1,4 millones de personas en Reino Unido utilizan cannabis medicinal cultivado por ellos mismos, obtenido de forma ilícita o adquirido en otros países, como alternativa al tratamiento prescrito por su médico.

Un año sin cannabis medicinal en Reino Unido

Recetas privadas versus recetas públicas

Según The Guardian, unas 100 personas en Reino Unido hacen uso de recetas privadas para adquirir cannabis medicinal y algunos, asegura el medio, se han dejado cantidades que ascienden a las 2.000 libras en medicamentos. ¿Por qué el NHS no tiene disponibles fármacos derivados del cannabis? Hay tres motivos fundamentales: no existe una guía sobre cómo prescribir estos productos, tienen problemas para financiarlos, ya que suelen ser muy costosos, y, por último, desde la aprobación de la ley, no se han realizado investigaciones sobre los beneficios del thc, componente psicoactivo del cannabis, que ayuda a aliviar los síntomas de diversas patologías. La comunidad médica se ampara en que no se tiene información suficiente sobre la eficacia y los efectos de este tipo de tratamientos, ya que durante décadas el cannabis había sido considerado una droga peligrosa.

 

 

Subvenciones a pacientes

Algunas iniciativas plantean algo de esperanza, pero solo para unos pocos. Hace unos días, la fundación médica Sapphireanunció que a principios de 2020 otorgará subvenciones a 20 pacientes con ingresos bajos que tengan dificultades para costear estas terapias a base de cannabis. Esta iniciativa podría aumentar la presión sobre el gobierno, ya que pone de relieve las incongruencias de un sistema estatal que promulga una ley sin crear las condiciones para que pueda ser aplicada.

A pesar de que muchos pacientes con dolores y enfermedades crónicas ven al cannabis como una oportunidad para recuperar cierta calidad de vida, el gobierno del Reino Unido sigue sin dar una solución definitiva. La modificación hace un año de esta ley hizo que la comunidad científica, investigadora y activista calificase este hecho como una ‘victoria histórica’. El mismo Sajid Javid declaró que “ahora hemos cumplido nuestras promesas (…) trabajaremos con el NHS para ayudar a los especialistas a tomar decisiones de prescripción correctas”.

Para intentar romper este punto muerto, un grupo de científicos, respaldados por el Royal College of Psychiatrists, planea realizar el estudio más grande de Europa sobre los efectos del cannabis medicinal. La idea es que unos 20.000 pacientes reciban productos subvencionados para tratar dolencias y enfermedades muy variadas, como esclerosis múltiple, epilepsia o dolor crónico, y realizar así un seguimiento de los beneficios obtenidos.

De las principales enfermedades en UK en cifras

Según datos de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes de las Naciones Unidas, el Reino Unido produjo el 44% de las plantas de cannabis a nivel mundial destinadas a uso farmacéutico y a la investigación científica, lo que le sitúa como el mayor productor de cannabis medicinal del mundo. Sin embargo, si alguien del país necesita una receta, se tarda entre 8 y 10 semanas desde su emisión en tener el producto a disposición de los pacientes. Por lo que, a veces, la receta ya no es válida cuando el producto llega a las farmacias. Esto causa muchas situaciones incómodas, como que los pacientes tengan que suspender forzosamente sus terapias.

Un año sin cannabis medicinal en Reino Unido

Según la Fundación de Salud Mental, una de cada cuatro personas padece ansiedad y depresión en Reino Unido y la Cancer Research, institución que investiga esta enfermedad, estima que hay 360.000 casos nuevos de cáncer cada año. Además, 850.000 personas podrían sufrir demencia, según la Sociedad de Alzheimer, y existen entre 1,5-2 millones enfermos de fibromialgia, según la Acción de Fibromialgia. Por no hablar de la enfermedad de Crohn, la epilepsia, el VIH/SIDA, el Parkinson o la Artritis reumatoide. Todas estas afecciones podrían ser aliviadas y tratadas con cannabis medicinal. Se trata de millones de personas que dependen de las iniciativas del gobierno, más o menos acertadas, para encontrar un remedio a sus dolencias.

Ineficacia política que se traduce en riesgos

Mientras esto pasa, los pacientes que acuden al mercado negro corren riesgos elevados, como la posibilidad de ser arrestado o de enfrentarse a un proceso judicial por el cultivo o la adquisición de cannabis, el trato con delincuentes en situaciones poco seguras o la compra de cepas de cannabis que no les ayude con sus dolencias. Todos estos riesgos se reducirían si el gobierno tuviera un programa de cannabis medicinal mediante el que los profesionales de la medicina administraran un tratamiento seguro a sus pacientes.

¿Cuál podría ser el siguiente movimiento? El servicio de apoyo y defensa del paciente cannábico, CPASS, recomienda mirar a otros países con una experiencia similar a la de Reino Unido, como el caso de Dinamarca, con un sistema de salud muy parecido. Con un programa piloto como el danés y con más ensayos clínicos que demuestren su efectividad, muy pronto el cannabis se podría normalizar e incluir en la lista de tratamientos comunes.

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