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Alicia en el país de las maravillas, una infancia psicotrópica

Alicia en el país de las maravillas, una infancia psicotrópica

Por: Laura Rueda Cultura

A veces nos echamos las manos a la cabeza cuando analizamos las películas y libros que han conformado nuestra infancia. Las de muchas generaciones, de hecho. ¿Qué submundos escondía (y esconde) el universo Disney, con esa figura de la mujer siempre esperando al hombre que la salvará? Si pensamos en un título como Alicia en el país de las maravillas, la cosa se mueve por otros derroteros. Hay que admitir que los referentes que han configurado nuestra niñez son un poco psicotrópicos.

Charles Lutwidge Dodgson, más conocido como Lewis Carroll, ha pasado a la posteridad por ser el creador de Alicia. Esa niña se apellidaba Liddell en la vida real y se han escrito tantas suposiciones sobre su vida, como se han hecho en la historia de la ficción con Florence Sally Horner, la adolescente que inspiró la creación de Lolita de Vladimir Nabokov. No dejan de ser relatos un tanto sórdidos, llenos de oscuridad, por estar implicados en la misma trama un adulto y una menor. En el caso del escritor ruso es más evidente, ya que tomó como referencia la historia de un hombre de mediana edad que mantuvo una relación con una adolescente, basada en la historia de Florence Sally Horner. 

Alicia en el país de las maravillas, una infancia psicotrópica

En el caso de Alicia en el país de las maravillas parece que no hay connotaciones sexuales, a pesar de que el autor solía fotografiar a niñas desnudas, recordando un poco el estilo de autoras contemporáneas como Sally Mann. Sin embargo, aquí nos centraremos en la parte más psicotrópica. Lewis Carroll era amigo de la familia Liddel. Esta historia universal fue creada en una situación cotidiana, cuando el escritor y las tres hermanas Liddell: Lorina, Edith y Alice, hacían un viaje en barco de 8 km desde Oxford a Godstow. Lewis tenía  especial predilección por Alice. Para hacer más entretenido el tedioso trayecto, Carroll se inventó un cuento que transcurría en el mundo subterráneo y cuya protagonista era Alicia. La tituló Las aventuras subterráneas de Alicia. Como les gustó tanto, decidió plasmar la historia en papel y, ese cuento, que fue oral en julio de 1862, se hizo manuscrito en noviembre del mismo año, por petición de su pequeña protagonista.

Alicia en el país de las maravillas, una infancia psicotrópica

No hay que ser muy agudo para darse cuenta de que el universo de Lewis Carroll está plagado de connotaciones psicodélicas. El personaje de la oruga y su narguile (¿de opio?) o el gato de Cheshire y su capacidad de volverse invisible. Aunque es la propia Alicia la que más experimenta durante la historia. Comiendo trozos de setas o bebiendo pociones que la hacen aumentar o disminuir de tamaño. Y así la trama se convierte cada vez más en un relato surrealista y psicodélico. Se ha especulado con que lo del tamaño puede estar asociado a la Amanita Muscaria. Este hongo rojo, también conocido como matamoscas, puede producir en quien lo consume macropsio y micropsia, desórdenes neurológicos que hacen que se vean los objetos más grandes o pequeños de lo que en realidad son. Este trastorno también se conoce como el “Síndrome de Alicia en el País de las Maravillas” y puede estar relacionado con migrañas o con otras drogas psicoactivas como el LSD. 

Alicia en el país de las maravillas, una infancia psicotrópica

¿Era Lewis Carroll consumidor de algún estupefaciente? Parece que los historiadores de su biografía coinciden en que hacía frente a sus dolores de cabeza y artritis con láudano. Esta sustancia se usaba como analgésico en esa época y está compuesta por opio, azafrán, vino blanco y otros ingredientes. Si lo tomas en grandes cantidades, puede producirte efectos psicotrópicos. Hay más momentos que nos hacen pensar que lo infantil queda en un segundo lugar. Los polvos que encuentra Alicia en la mesa del Sombrerero Loco o la hiperactividad extrema del Conejo Blanco. Son personajes poco convencionales y para empatizar con sus universos tenemos que abrir un poco nuestra mente. 

¿Está el cannabis presente en alguna de las partes de esta trama caótica? Quizá la única referencia puede ser el momento en el que Alicia entra al jardín de flores que hablan. En la versión en inglés de la historia, la líder de esta comunidad vegetal se presenta como weed, que es uno de los nombres con los que conocemos al cannabis en inglés. Hay muchas versiones que se han llevado a la gran pantalla, la más reciente es la de Tim Burton. En la lectura de Disney las flores tienen movimientos lentos y a veces bostezan. 

Lo que está muy claro es que Alicia en el país de las maravillas se ha convertido en una historia que ha trascendido todos los tiempos, constituyendo un relato siempre contemporáneo. Su imaginario ya pertenece tanto a niños como a adultos y nos hacer ver que hay otros universos que, quizá no sean tan cuadriculados como nuestras rutinas, pero que de vez en cuando son necesarios para descubrirnos nuevos puntos de vista.

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