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El alma de Leonard Cohen: Lorca y el flamenco

El alma de Leonard Cohen: Lorca y el flamenco

Por: Ruido Rojo Cultura

La búsqueda de la confianza y personalidad en un artista suele estar acompañada por un peregrinaje interior hacia lo más profundo de uno mismo. Un largo viaje introspectivo que recorrer para encontrar los mecanismos y recursos que le permitan al artista expresar lo que lleva en su alma. Nunca se sabe dónde se va a encontrar el aliento necesario para creer en esas emociones tan personales, esa chispa que nos haga creer. Necesitamos la inspiración para despertar  a ese artista aletargado.  El pasado 7 de noviembre nos dejó Leonard Cohen. Encontró parte de esa esencia en el espíritu de Lorca y en el flamenco. Una conexión que ha trascendido y que nos hará recordar para siempre su figura.

El alma de Leonard Cohen: Lorca y el flamenco
Leonard Cohen

Gracias a ese vínculo, “El judío errante” de Montreal construyó parte de la base de su propuesta musical y artística. Antes de sentir la vocación de cantautor folk en los sesenta, Leonard Cohen era poeta. En la década de los cincuenta, había absorbido la esencia de los poetas de lengua inglesa, pero la voz con la que expresar sus emociones cantando no estaba definida. Fue la poesía de Lorca, con su lenguaje propio, mezcla de vanguardia y tradición, lo que le ayudó a encontrar su personalidad y la voz a sus canciones, lo que tanto había buscado desde que decidió dedicarse a la música. A partir de la lírica lorquiana desarrolló su poesía, basada en letras abstractas y metáforas, que ayudaron a transmitir sus inquietudes personales. Tanto influyó en su obra el poeta granadino que decidió llamar a su hija Lorca. Su temática orbita por los tres pilares básicos en su obra: la muerte, la religión y las relaciones personales. Las progresiones flamencas le sirvieron para construir parte del armazón musical de sus canciones. En su juventud, en Montreal, aprendió una serie de acordes que le enseñó un joven español y que le cautivaron. Esa mezcla enigmática de melancolía, mística, tristeza, introspección y desamor, tan características del flamenco, pusieron banda sonora, con su estilo propio, a su poesía. Sin estas dos características – Lorca y el flamenco – su obra hubiese quedado sin alma. Como él decía, le gustaba verse como una mezcla judía y gitana. Estas etnias habían convivido durante siglos en el este de Europa, de donde es originaria su familia.  Sentía que por sus venas corría sangre de ambas razas. Es por eso que Leonard Cohen le debe tanto a la cultura flamenca, al poeta granadino y a los gitanos. Su legado está estrechamente vinculado a España, a Andalucía y a Granada.

Leonard Cohen deja un legado realmente importante como uno de los grandes cantautores de la historia. Podríamos analizar álbum tras álbum su trayectoria en busca de estos matices citados anteriormente. Una dilatada carrera con varios cambios de estilo pero manteniendo la identidad. Siempre con esa sonoridad de raíz folk, rozando lo místico y lo divino. Temas atemporales que respiran una serenidad y elegancia que sólo él sabía aplicar a través de su característica voz grave, y en los que se puede sentir el fantasma de Lorca y del flamenco. Sin lugar a dudas, esa conexión se cuajó perfectamente en un disco que no pertenece a su discografía pero en la que su alargada sombra está presente de principio a fin. Cohen actuaría como bisagra de unión entre Lorca y el granadino Enrique Morente para parir uno de los discos más vanguardistas de la historia de la música española, Omega.

El alma de Leonard Cohen: Lorca y el flamenco
Leonard Cohen y Enrique Morente

Días antes de su muerte declaró que estaba listo para morir, tras haber publicado en octubre su último trabajo, You Want It Darker, su testamento musical del que se sentía especialmente orgulloso. Un disco que terminó con ayuda del cannabis medicinal, un apoyo con el que aliviaba su cáncer terminal, según comenta su hijo. El artista había preparado su alma desde hacía tiempo, sobre todo tras la muerte por leucemia de su musa Marianne Ihlen en julio de este año. Ya nada le retenía en este mundo. Su espiritualidad budista le habrá llevado a renacer y es posible que siga presente alrededor de nosotros. Quizá en un cedro, el material con el que estaba hecha su guitarra española y con la que empezó a trazar la leyenda en la que se ha convertido.

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