¿Cuáles son las diferencias entre la marihuana índica y sativa?

Todavía hay mucha gente que se acerca al cannabis con dudas recurrentes con respecto a sus propiedades y usos. ¿Son todas las cepas iguales?, ¿hay algunas variedades especiales para uso medicinal y otras para uso recreativo?, ¿existen diferencias entre el tipo de cannabis índica y la sativa?, ¿hay un mejor momento del día para una o para otra?

La palabra cannabis es un término taxonómico que se refiere a un género de plantas con flores que son miembros de la familia Cannabaceae y que incluye tres subespecies principales: Cannabis sativa, Cannabis indica y Cannabis ruderalis. Fue en 1753 cuando el botánico sueco Carl Linnaeus clasificó por primera vez al Cannabis sativa, diferenciándolo de otras plantas por sus características morfológicas. Más de tres décadas después, en 1785, el naturalista francés Jean Baptiste Lamarck describió y puso nombre a una segunda especie, Cannabis indica, (​​indica es la palabra latina para la India), la cual mostraba diferencias notables en su estructura y efectos en comparación con el Cannabis sativa. De esta forma, ‘indica’ y ‘sativa’ fueron términos que se utilizaron en un principio para distinguir entre las variedades de cannabis en función de su lugar de origen y estaban destinados a distinguir el aspecto de la planta.

Diferencias geográficas

El mundo es muy grande y cada variedad de cannabis tiene un origen geográfico diferente. El lugar que las vio nacer en su día, también influyó en ellas y las configuró con su clima autóctono. Las indicas se ubicaron en áreas entre los 30 y 50 grados de latitud, como Nepal, el norte de India, Pakistán, Afganistán o China. Todos esos países se encuentran en la zona Hindu Kush, una cordillera montañosa descomunal que abarca más de 800 km.

Las sativas se localizaron en zonas ecuatoriales, que están entre 0 y 30 grados de latitud, como Jamaica, México, Colombia, Tailandia, Camboya o el sur de India.

Apariencias distintas y tiempo de floración

Las plantas de la variedad índica son más espesas, aromáticas y cortas. Suelen tener gruesas capas de resina que las protegieron en su día, ya que se originaron entre montañas, en condiciones atmosféricas adversas de frío y viento. Su tiempo de floración es más corto también y por eso son muy adecuadas para el cultivo de interior. Las plantas de la variedad sativa tienen una morfología más delgada y alta. Suelen crecer más, aunque necesitan un poco más de tiempo para ello. Los climas que más las favorecen son los ecuatoriales y son más adecuadas para el cultivo en exterior.

Cada una tiene un efecto

El cannabis indica tiende a relajarnos y su efecto se nota en todo el cuerpo, haciendo que nos sumerjamos en una laxitud general. También favorece sentidos como el gusto, el tacto y el oído. El cannabis sativa nos anima, incluso llegando a provocarnos muchas ganas de reír. También es más cerebral, por lo que es perfecta para momentos de creatividad. Por este motivo, muchas personas eligen el cannabis sativa para enfrentarse a su actividad diaria y optan por el cannabis índica para disfrutar de la tranquilidad de la noche. Las índicas suelen caracterizarse por su efecto de bajada, lo que en inglés se conoce como estar stoned y las sativas por su efecto de subida, en el idioma anglosajón, estar high.

Distintos usos medicinales

Ya que estamos descubriendo que cada variedad tiene unas características, no nos asombrará saber que sus aplicaciones terapéuticas son distintas también. El cannabis índica se aconseja para personas que duermen mal o tienen problemas de insomnio. Esta variedad también es conocida por proporcionar un alivio del dolor crónico y disminuye la tensión de los musculos, por lo que se suele usar para tratar espasmos y temblores comunes en enfermedades como el Parkinson o la esclerosis múltiple. El cannabis sativa puede ayudar en pacientes con depresión, con trastorno por déficit de atención con hiperactividad o fatiga. También se recomienda a personas que suelen tener náuseas diarias, como pacientes que se están sometiendo a quimioterapia, ya que estimula el apetito.

Perfiles de sabor diferentes

Para todo tipo de sabores hay paladares exigentes y afilados que notarán la diferencia entre un vino u otro o entre un aceite y otro distinto. El sabor del cannabis proviene de sus terpenos, que son aceites que desprenden fragancias y le dan a la planta su olor característico. Los terpenos también se pueden encontrar en otras plantas y frutas. ¿Tienen las variedades sativas e indica un sabor distinto? Muchos dicen que la sativa puede tener un aroma más ligero y afrutado. Aunque su hermana indica no se queda atrás en cuanto al gusto a fruta en boca que suele dejar. Y en esto ya depende mucho de los tipos que elijamos: penetrantes, densas, ligeras, picantes, con sabor a tierra, a fruta dulce, a algún árbol como el pino o incluso a amoniaco.

Conclusión

¿Son la índica y la sativa las dos únicas variedades del cannabis? No, la familia es más amplia, ya que más tarde llegaron las variedades híbridas, cuando los productores comenzaron a mezclarlas genéticamente, según su ubicación geográfica. Tampoco nos podemos olvidar de otras variedades como la poderosa ruderalis o el cáñamo. Que, aunque no tenga efecto psicoactivo, también se usa de forma medicinal y, por supuesto, para producir múltiples objetos como ropa, papel o materiales de construcción.

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