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La primera receta de un “brownie” de marihuana

La primera receta de un “brownie” de marihuana

Por: Contributor Activismo

¿Quién publicó la primera receta de un postre hecho con marihuana? Está ampliamente aceptado que este honor pertenece a Alice B. Toklas, quien no solo coqueteó con artistas y escritores famosos de principios del siglo XX como Picasso, Matisse o Hemingway, sino que también fue la compañera de vida de la poeta Gertrude Stein. Esta es la historia de aquella receta.

Gertrude Stein, la gran escritora estadounidense que puso los cimientos de la llamada Generación Perdida, fue una autora que alcanzó la fama muy tarde, con sus memorias de 1932 tituladas ‘Autobiografía de Alice B. Toklas’ en honor al amor de su vida. Las dos mujeres se conocieron en 1907, el día en que Toklas llegó a París; y permanecieron juntas durante 39 años, hasta la muerte de Stein en 1946. Pero más allá de esta narrativa de la vida de la pareja en tercera persona, la propia Alice B. Toklas también dejó una huella memorable en la cultura popular del siglo XX, gracias a otro libro que marcó a varias generaciones de amantes del cannabis.

En concreto nos referimos a ‘El libro de recetas de Alice B. Toklas’, una obra donde recogió y adaptó recetas con las que agasajó a artistas como Picasso, Hemingway o Francis Scott-Fitzgerald, por citar solo a algunas de las celebridades que desfilaron por su casa parisina durante más de 25 años. Mientras Gertrude gobernaba el salón, Alice era la dueña de la cocina.

‘Haschich Fudge’, un divertido refrigerio para un club de damas

Después de la muerte de Gertrude Stein, su editorial pidió a Alice que escribiera un libro en respuesta a ‘Autobiografía de Alice B. Toklas’. El resultado fue una memoria propia contada desde la perspectiva de la cocina. Y uno de los libros de recetas más originales del siglo XX, donde por primera vez se publicó la preparación de un postre de marihuana. Fue bautizado como ‘Haschich Fudge’ y Alice lo definió como una «comida del paraíso» para «estimular a cualquiera en un día lluvioso».

Junto con reflexiones personales, contenía recetas de la cocina francesa. Sin embargo, no fueron sus historias sobre el cuidado de los heridos durante la Primera Guerra Mundial o sus opiniones sobre los mejillones lo que hizo famoso al libro, sino la inclusión del dulce de cannabis, que causó gran controversia. De hecho, la receta apareció en la versión británica; sin embargo, la editorial Harper optó por omitirlo cuando se publicó en Estados Unidos.

En una entrevista radiofónica en Pacifica Radio en 1963, Alice B. Toklas recordó su inclusión como totalmente casual, “sin darme cuenta de que el hachís era la parte principal de la receta”.

‘Te quiero, Alice B. Toklas’

A principios de la década de 1960, y tras el visto bueno de los abogados de la editorial, se publicó una segunda edición en los EE.UU. que sí contenía la receta, justo a tiempo para el advenimiento del floreciente movimiento hippie. Y desde entonces, fue adoptado por esa cultura como su postre favorito, convirtiendo los «Alice Toklas Brownies» en un término general para los pasteles de chocolate mezclados con cannabis de contrabando.

Hasta sirvió de inspiración de la que podría ser una de las primeras películas de fumetas de la historia del cine, el título de 1968 ‘I Love You Alice B. Toklas’, donde Peter Sellers es un abogado judío de familia acomodada, agobiado por un trabajo insípido, que da un giro a su vida cuando es seducido por una hippie y sus brownies de marihuana.

Pero aunque Peter Sellers declaró su amor por Toklas, podría haber sido adecuado extender el sentimiento al escritor y artista de vanguardia Brion Gysin. Afincado en Marruecos, a Gysin se le puede atribuir no solo la introducción de los Rolling Stones en el país; también proporcionó la receta del postre de hachís para el libro de Alice B. Toklas. Y la forma en que lo hizo resulta cuando menos divertida.

¿Brownie de marihuana? ¡Preparamos uno!

¿Un troleo desde Marruecos?

Su inclusión fue un añadido de última hora al libro. Con la fecha límite para entregarlo a solo unos meses de distancia, y teniendo varias páginas en blanco para llenar, Alice B. Toklas decidió pedir a su círculo social que contribuyeran con algunas de sus propias recetas, para incluirlas en un último capítulo llamado ‘Recetas de amigos’. Y sin que Toklas lo supiera, la contribución de Brion Gysin fue este dulce.

Por extraño que parezca, la receta no contenía chocolate en absoluto; en su lugar, requería dátiles, nueces, higos, azúcar, una mezcla de especias y, por supuesto, cannabis, que el bueno Brion Gysin se encargó de hacer pasar de soslayo al definirlo como un exótico ingrediente de nombre “canibus sativa». De hecho, más que a un brownie (fue la película de Peter Sellers la que lo convirtió en sinónimo de brownies) el postre se parece más al ‘majoun’, una especie de masa dulce de origen marroquí.

Aparentemente, Toklas no sabía qué era «canibus» (así es como Gysin lo deletreaba), a pesar de que la descripción que le envió lo definía como “un arbusto común, a menudo no reconocido, que crece en todas partes de Europa, Asia y partes de África; además de ser cultivado para la fabricación de cuerdas. Y que debía recogerse y secarse mientras la planta aún está verde”.

Pero Alice B. Toklas no tuvo tiempo de probar las recetas que le enviaron sus amigos, por lo que una vez terminado el libro se lo envió a su editor, ajena a cualquier controversia que pudiera causar. Alice lo incluyó ingenuamente y se produjo una crisis de publicidad. Harper, la editorial del libro, finalmente envió un telegrama al Fiscal General para verificar si tenían problemas legales y, de ser así, si debían detener la impresión. Algunos incluso argumentaron que Alice había incluido la receta como un truco publicitario.

Una rosa es una rosa

Nada más lejos de la realidad. Aunque Alice dedicó la gran mayoría de sus energías al servicio del genio de Gertrude (cocinó, mecanografió sus manuscritos, se levantaba antes del amanecer para recoger fresas silvestres para el desayuno «antes de que el sol las besara”… incluso fue ella quien seleccionó el lema ‘una rosa es una rosa’ para que apareciera en la papelería de Gertrude) no había nada degradante en su aparente servidumbre. Ella era el poder detrás del trono, la promotora intransigente del talento de Gertrude y la administradora de las vidas de ambas.

Pero habiendo alcanzado el cenit de su fama precisamente con una obra inspirada en ella, Gertudre Stein sucumbió al cáncer, dejando a Alice viuda y desconsolada. Sin embargo, a pesar de su propia devastación, Alice una vez más puso su amor en primer lugar y no vendió ni una sola obra de la voluminosa y preciada colección de arte de Gertrude (valorada en 6 millones de dólares en 1967). Sabía lo importantes que eran estas piezas para Gertrude, por lo que se dispuso a hacer todo lo posible para sobrevivir y mantener intacta la colección.

El libro de cocina podría haber sido el sueño de toda su vida, pero su manifestación final fue una decisión comercial de supervivencia y, su publicación, una fuente de ingresos por encima de todo. Y que a la postre se convirtió en un clásico cultural por derecho propio, gracias a un inopinado dulce de marihuana para estimular a cualquiera en un triste día de lluvia.

Y recuerda: si no tienes a mano los ingredientes de la receta original de Alice B. Toklas para preparar estos “brownies” de marihuana tan especiales, siempre podrás deleitarte con unos deliciosos alfajores cannábicos o con unos cannamuffins de arándanos para chuparte los dedos: el caso es celebrar tu amor por la planta y por todas las personas que te rodean.

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