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Historia de los ‘dabs’: el origen de los concentrados de cannabis modernos

Por: Contributor Cultura

En un mercado cannábico en constante evolución, puede ser difícil imaginar una época en la que los concentrados o ‘dabs’ no estuvieran ampliamente disponibles. BHO, ceras, ‘shatters’, resina vivas, salsas y muchos más productos se pueden encontrar actualmente en una gran variedad de colores y consistencias. Pero, ¿cómo surgió esta forma tan potente de cannabis?

Es vertiginoso pensar que los concentrados que dominan la cultura cannábica moderna tuvieran su origen hace apenas unas décadas. Porque lo creas o no, el ‘dabbing’ es la incorporación más reciente al mundo de la marihuana. Y aunque la historia de las extracciones de cannabis comienza hace miles de años en forma de hachís, no fue hasta hace muy poco que los concentrados refinados, o ‘dabs’, ganaron la inmensa popularidad que vemos hoy.

Las tinturas, el principio de todo

Las tinturas, extractos a base de alcohol, existen desde hace mucho tiempo. Son el puente más cercano que tenemos entre el hachís y los aceites altamente refinados que usamos actualmente. De hecho, el primer uso registrado de estas tinturas se remonta a Roma, entre los años 150 y 200, cuando el médico romano Claudio Galeno fue el primero en publicar escritos sobre métodos terapéuticos para la preparación y uso del cannabis.

Pero tuvieron que pasar 1.600 años hasta que otro médico, el inglés Walter O’Shaughnessy, en 1839 trajera a las medicinas occidentales enseñanzas de la India sobre las preparaciones de estas tinturas, haciéndose muy populares en los estantes farmacéuticos. Otro médico y neurólogo, Sir J. Russell Reynolds, tomó como referencia la figura de su colega para prescribir estas tinturas a la reina Victoria de Inglaterra con el objetivo de aliviarle los calambres que le producía menstruar. Así, las tinturas verían un aumento en su popularidad y luego una fuerte disminución, a medida que estos medicamentos se alejaron de los elixires embotellados y se dirigieron a los productos farmacéuticos fabricados.

Roger Adams y el Programa MK-Ultra de control mental

Roger Adams, un químico estadounidense, fue el primero en producir aislados de cannabinoides particulares. Adams tiene un lugar interesante en la historia de la Segunda Guerra Mundial, trabajando para producir métodos médicos para prevenir el daño causado por los ataques nazis con gas. A principios de los años 40, Adams primero aislaría el CBD y luego el CBN de la flor de cannabis. Y también sería la primera persona en lograr sintetizar un análogo de thc a través de la manipulación de moléculas de CBD. La investigación de Adams pasaría a ser utilizada por la Oficina de Servicios Estratégicos (OSS) de EE.UU.

La OSS fue el servicio de inteligencia americano durante la Segunda Guerra Mundial (la antecesora de la CIA) y encargó pruebas en sujetos humanos en los ‘Edgewood Arsenal Experiments’, aunque se conocen más popularmente bajo el nombre general del Programa MK-Ultra, un nombre en clave dado a este programa secreto e ilegal para la experimentación en seres humanos, sin su debido consentimiento, para identificar y desarrollar nuevas sustancias y procedimientos para utilizarlos en interrogatorios y torturas, con el fin de debilitar al individuo y forzarlo a confesar a partir de técnicas de control mental.

La perspectiva de estos experimentos era que las drogas son armas y nada más, pues, básicamente, se buscaba un compuesto, sustancia o “poción mágica” que pudiera usarse en prisioneros de guerra, agentes enemigos o incluso funcionarios estadounidenses sospechosos de traicionar al estado. Tenía que hacerlos hablar, sin que la persona supiera que había hablado.

Así, se supone que Stanley P. Lovell, el jefe de Investigación y Desarrollo Científico de la OSS, es el científico que generó el primer concentrado de THC (aparte del hachís y las tinturas): ATHC o acetato de THC. Este concentrado era una forma mucho más rudimentaria que la que tenemos hoy en día, usando alcohol como el principal solvente para la extracción, con una potencia 300 veces más fuerte que el Delta 9 THC convencional. Y se creó para probar su viabilidad como suero de la verdad, echándose sobre cigarrillos que posteriormente se fumaban. Pero las pruebas demostraron que era ineficaz, pues no producía los resultados deseados sin que el sujeto supiera que estaba siendo drogado, dejándose de lado para futuros experimentos.

La Hermandad del Amor Eterno

El siguiente paso en la proliferación de extracciones de THC viene de la Hermandad del Amor Eterno, una banda gloriosamente notoria de contrabandistas de drogas en los años 70 conocida como la ‘Hippie Mafia’; y más popular por mover grandes cantidades de LSD a los EE.UU. utilizando sus tablas de surf para esconder los alijos (no te pierdas el documental ‘Orange Sunshine’ de 2016 si quieres conocer sus andanzas).

Este grupo fue clave para introducir en EE.UU. el ‘honey oil’ (aceite de miel), un concentrado derivado de solventes como el butano que se fabricaba en Afganistán con una concentración entre el 10% y el 30% de THC; y un color similar al de la miel, lo que sería el precursor del aceite de hachís de butano moderno (BHO).

Afganistán era una fuente barata de hachís y convertirlo en aceite hizo que fuera considerablemente más fácil transportarlo sin ser detectado, además de exigir un precio de venta mucho más alto. El suministro fue constante hasta que, de repente, el laboratorio donde se producía este aceite en el condado de Orange, California, explotó durante el proceso de refinado, atrayendo al FBI que terminó incautando 6 instalaciones que producían aceite de miel, sin mencionar la incautación de una miríada de otras drogas con las que traficaba la Hermandad.

De hecho, el químico jefe de la Hermandad del Amor Eterno, Ronald Stark, es reconocido nada menos que por la propia DEA como el inventor del aceite de hachís de butano y de los modernos concentrados de cannabis.

El advenimiento de la extracción de circuito cerrado

A medida que el mundo comenzó a aprender más sobre este nuevo concentrado de cannabis, las publicaciones comenzaron a detallar su existencia y métodos de fabricación. Y por primera vez en la historia se publicaron dos libros que describen los métodos reales de extracción de cannabis. En el libro de D. Gold de 1973 ‘Cannabis Alchemy: The Art of Modern Hashmaking’, Gold ofrece a los lectores una descripción general de la preparación del aceite de miel con alcohol puro y carbón activado. En el libro de Michael Starks de 1977, ‘Marijuana Chemistry: Genetics Processing and Potency’, Starks detalla la preparación del aceite de hachís usando varios solventes.

Pero no fue hasta 1999, cuando el popular foro on-line de contracultura Erowid publicó su «técnica de aceite de miel», la primera descripción de un procedimiento de extracción de BHO en Internet, que mostraba un método moderno de extracción abierta con alimentación del solvente a través de una columna vertical llena de cannabis molido, que luego inspiró para inventar los sistemas de circuito cerrado (CLS) actuales, más refinados y avanzados, donde el solvente se contiene y se recicla.

Para 2010, los productos de aceite de hachís de butano llegaron a la High Times Cannabis Cup. Desde entonces, los productores y consumidores han acudido en masa a los ‘dabs’ de muchos tipos, experimentando con distintos procesos de extracción para producir una gran variedad de tipos de productos, incluidos nombres como ‘shatter’, ‘wax’, ‘crumble’, salsa de diamantes y terpenos, ‘budder’, ‘live resin’… Como puedes observar, la historia de los ‘dabs’ refleja el ingenio de los entusiastas del cannabis en todo el mundo y como instintivamente supieron aprovechar el poder de esta planta a través de una resina concentrada. La historia de estos extractos es fascinante y el proceso sigue evolucionando. Y con una gama tan amplia de niveles de THC y sabores disponibles, no es de extrañar que se estén volviendo tan populares.

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