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Más cannabinoides en el tubo de ensayo

Más cannabinoides en el tubo de ensayo

Por: Carmen Arriaza Medicinal

Propiedades del cannabis terapéutico

La planta de cannabis ha sido utilizada por distintas civilizaciones para sanar y aliviar enfermedades desde el principio de los tiempos, tanto la cultura griega, egipcia, china o tailandesa ya contaban con sanadoras y curanderos que contaban con esta planta entre sus remedios y a lo largo de la historia ha sido considerada planta mágica y religiosa, pero sobre todo medicinal. Aunque en la época moderna, su uso fue decayendo debido el auge inminente de los medicamentos derivados de opiáceos. En este artículo vamos a centrarnos en hablar de los componentes que se encuentran presentes en la planta, la Cannabis sativa L. En los últimos años, de forma cada vez más frecuente, se vienen publicando estudios realizados en países en los cuales ya se están poniendo en marchaprogramas de cannabis medicinal o donde ya han legalizado el cannabis con fines médicos. Mediante estos estudios y publicaciones se ha observado consistentemente una reducción considerable del uso de psicofármacos y analgésicos en aquellas personas que usan cannabis con fines terapeúticos.

El cannabis medicinal y sus preparados, a diferencia de la marihuana del mercado negro o la proveniente de cultivos caseros, siguen estrictas normas de calidad en cuanto a contenido de sustancia activa, estabilidad y garantía de ausencia de pesticidas, hongos y diluyentes. Estas cuestiones son, principalmente, las que hacen posible la investigación y la aplicación de los fármacos basados en cannabis. El término cannabinoide hace referencia a una familia de moléculas que se enlazan a nivel celular con proteínas receptoras corporales del Sistema Endocannabinoide (SEC), un complejo sistema de intercomunicación celular que se encuentra en el organismo humano. La identificación de estos compuestos es incluso anterior al descubrimiento del SEC, y ha sido fundamental para descubrir y estudiar esta red fisiológica. La función principal del SEC consiste en inhibir o liberar diversos neurotransmisores, entre otras

Esta planta contiene sustancias químicas únicas, los fitocannabinoides, que son compuestos naturales terpeno-fenólicos lipófilos (solubles en grasa), cada uno con su propio perfil farmacológico, efecto biológico y consiguiente potencial terapéutico. El descubrimiento y estudio de los cannabinoides, de los cuales tan sólo se han identificado y estudiado unos cuantos, ha demostrado que la planta de marihuana es una fuente inagotable de posibilidades. Los cannabinoides interactúan de forma agónica o antagónica (puede llegar a crear confusión). Una vez se analizan los distintos cannabinoides, podemos observar como algunos reaccionan de forma sinérgica potenciando determinado efecto, mientras que otros lo disminuyen. Los terpenos y flavonoides son los responsables del aroma y sabor de las plantas de marihuana, unos elementos que también interactúan con los cannabinoides.

Fue en la década de los 60 cuando el profesor israelí Raphael Mechoulam, considerado el padre de la medicina cannábica contemporánea gracias a sus importantes descubrimientos, el que consiguió aislar y sintetizar los principios activos de esta planta; el cannabinoide más conocido, el Δ9-tetrahidrocannabinol psicoactivo (Δ9-thc) y después lo haría con el cannabidiol (CBD). Los resultados de estas investigaciones aportaron muchos y novedosos datos, como por ejemplo que este compuesto orgánico dispone de una habilidad increíble para conectarse con muchas células de nuestro organismo, de ahí que a este cannabinoide, el THC, se le denomine “la llave del candado molecular” por como actúa en el organismo, ya que una vez consumido se conecta a los receptores CB1 y CB2 del SEC. Unos compuestos que se encuentran en la capa externa de las células de nuestro organismo y actúan a modo de mensajeros químicos. Los receptores CB1 se encuentran principalmente en el sistema nervioso central y en menor medida en el corazón, útero, ovarios, bazo y amígdalas. En el caso de los receptores CB2, se localizan en el bazo, las amígdalas y en el sistema inmunitario.

 

 

Mechoulam y su equipo de investigación, estudiaron la razón por la cual existe un receptor específico en el organismo para este tipo de molécula. Más adelante, durante los años noventa localizan un cannabinoide que curiosamente el cuerpo humano segrega de forma totalmente natural, se le asigna el nombre de “Anandamida” (AEA) tras este descubrimiento aparece una nueva molécula, el 2-araquidonilglicerol “2 AG”. La Anandamida, cuya palabra original proviene del sánscrito “ananda”, y que significa felicidad, forma parte de un complejo sistema de intercomunicación celular que se encuentra en nuestro cuerpo, el sistema endocannabinoide que está íntimamente relacionado con los sistemas autoreguladores del organismo, tales como el control de temperatura, el Ph o el nivel de azúcar en sangre. También se le atribuyen importantes procesos como por ejemplo, la coordinación motora, neuroprotección, control del dolor o el apetito, entre otros. El SEC, aunque puede considerarse aún un gran desconocido, es el responsable de mantener el equilibro en las diferentes funciones biológicas básicas del cuerpo humano. A este fenómeno se le denomina homeostasis. Tal y como constató Mechoulam en una entrevista:

“Creo que los cannabinoides pueden resultar en una gran cantidad de nuevas formas de medicación, en nuevos tratamientos para enfermedades muy extendidas, pero aún nos falta recorrer un largo camino a todos los investigadores. Necesitamos más ensayos clínicos con personas para avanzar más”.

Los cannabinoides son unas sustancias que pueden ser tanto endógenas como exógenas y que interaccionan con el sistema endocannabinoide.

Se han clasificados en tres tipos:

Fitocannabinoides: compuestos orgánicos pertenecientes al grupo de los terpenofenoles que se encuentran en plantas como el cannabis.

Cannabinoides endógenos: también llamados endocannabinoides, compuestos orgánicos generados dentro de nuestro organismo y que actúan en el contexto de los sistemas nerviosos central y periférico. Actualmente son cinco los endocannabinoides conocidos: anandamida, araquidonoilglicerol, noladina, virodhamina, N-araquidonil dopamina.

Cannabinoides sintéticos: creados artificialmente en un laboratorio para uso medicinal.

La ciencia ha identificado en esta planta más de 100 fitocannabinoides, pero aún no han sido identificados en su totalidad. Estos compuestos del cannabis son muy valiosos ya que tienen propiedades medicinales altamente beneficiosas para el ser humano y también para los animales. Los pacientes oncológicos se acercan al cannabis buscando dos tipos de objetivos, no necesariamente excluyentes: paliar los efectos secundarios de las terapias a las que están sometidos o conseguir respuestas antitumorales. También se ha venido usando para el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer, para la epilepsia, el Trastorno de Espectro Autista (TEA), la esclerosis múltiple y en el campo de la pediatría.

Por otro lado, hay siete cannabinoides que son los que tienen mayor importancia porque se encuentran en mayor cantidad y porque existe evidencia de los efectos biológicos y potencialmente terapéuticos:

  • THC (Tetrahidrocannabinol): es el cannabinoide responsable de los efectos psicotrópicos de la marihuana. Tiene capacidad para aliviar la ansiedad, estimulante del apetito, disminuye la presión arterial. Es antiepiléptico. El THC, como antinflamatorio es veinte veces más potente que la aspirina y dos veces más que la hidrocortisona.
     
  • THCV (Tetrahidrocannabivarina): disminuye los efectos psicoactivos de otros cannabinoides y es antioxidante. Se le atribuyen otros efectos como la regulación de la insulina, alivio de ansiedad y retrasar enfermedades neurodegenerativas, acción analgésica y anticonvulsivo para casos de epilepsia, también es supresor del apetito para tratar la obesidad.
     
  • CBD (Cannabidiol): incluso la OMS ha opinado positivamente sobre su uso, y la experiencia clínica por el momento confirma estas expectativas de uso seguro y con pocos efectos secundarios, sin generar tolerancia ni adicción en los pacientes conocido por sus propiedades relajantes y analgésicas, reduce los efectos psicoactivos de otros cannabinoides, mitiga las náuseas y las convulsiones, se usa también para el tratamiento de epilepsias.
     
  • CBDV (Cannabidivarina): calma las náuseas, el dolor y las convulsiones. No tiene acción psicoactiva.
     
  • CBC (Cannabicromeno): se usa para tratar el acné, es antinflamatorio, disminuye el dolor, acción antibacteriana y antidepresiva, estimulante de la regeneración neuronal, es sedante y carece de acción psicoactiva.
     
  • cbg (Cannabigerol): se está estudiando su potencial para el tratamiento del Glaucoma, como antinflamatorio para la enfermedad de Crohn, o neuro-protector eficaz para la enfermedad de Huntington, acción antibacteriana, tratamiento de la vejiga hiperactiva, el insomnio y la ansiedad. También se le conoce como el padre del THC.
     
  • CBN (Cannabinol): disminuye el dolor y la presión intraocular (glaucoma). Reduce los efectos psicoactivos de otros cannabinoides.

Más cannabinoides en el tubo de ensayo

El descubrimiento y estudio de algunas de estas moléculas han transformado el panorama de la ciencia cannábica, mientras que otras siguen siendo prácticamente desconocidas. Los estudios científicos más rigurosos se han centrado en los dos fitocannabinoides más conocidos y abundantes, que son el Δ9-tetrahidrocannabinol (Δ9-THC) y el cannabidiol (CBD), sin embargo, algunas de las sustancias químicas menos abundantes también están adquiriendo protagonismo.

Todos estos cannabinoides tienen efectos terapéuticos por sí mismos de manera aislada, pero como mejor se aprovechan sus propiedades es con lo que se denomina “efecto séquito”, es como se le llama a la sinergia derivada de la combinación de los diferentes cannabinoides. Esta combinación potencia los beneficios, y se potencia aún más si se añaden los terpenos, esta interacción de los cannabinoides con el sistema endocannabinoide provoca mayores efectos terapéuticos. El mundo de los cannabinoides es muy complejo, sobre todo porque estamos empezando a comprender ahora el funcionamiento, a pesar de que llevan utilizándose miles de años no se conoce lo suficiente. Afortunadamente, esto está cambiando y se está investigando su potencial medicinal y el amplio espectro terapéutico que tanto nos puede beneficiar, sobre todo el CBD que ya ha dejado de estar considerado como una sustancia tóxica.

También en nuestro país se están llevando a cabo estudios importates como por ejemplo el del Departamento de Ingeniería Minera, Industrial y TIC de la Universidad Politécnica de Cataluña en Manresa, que ha conseguidoidentificar 43 cannabinoides, de los cuales 16 no habían sido identificados con anterioridad. Entre los que se encuentran el THC, el CBD y el CBN, entre otros, y también sus formas ácidas (THCA, CBDA, CBNA…). Es posible que durante las próximas décadas se den grandes pasos en el campo de la ciencia cannábica.

En definitiva, la creciente popularidad del CBD no va aparejada a la progresiva legalización del cannabis en el mundo occidental. En todas las drogas ‘legales’ (como el alcohol o el tabaco) existe un marketing interesado en exaltar sus supuestos beneficios, a menudo con poca base científica. Existe un áconsenso, cada vez más recurrente, de que el uso medicinal del Cannabis ha sido, es, y serà una alternativa real en el ámbito de la medicina. Hace años que su utilización terapéutica está contrastada en el tratamiento de formas especialmente difíciles de epilepsia infantil. Un metanálisis reciente con una muestra de 550 niños demostró que los que seguían tratamiento con CBD tenían un 20 % menos de crisis epilépticas. Además, existen al menos tres ámbitos donde se está explorando la posible utilidad del CBD, aunque la evidencia sea menos consistente: el dolor crónico, la salud mental y las neoplasias.

No hablamos de nada nuevo, ya que está constatado que el uso del cannabis para aliviar el dolor se ha preconizado desde la antigüedad, mostrando mediante estudios bien diseñados, que el CBD ha conseguido efectividad para controlar el dolor en fibromialgia, trasplante renal, esclerosis múltiple y lesión medular. Por no hablar del ámbito de la salud mental, donde se ha promovido el uso del CBD para el tratamiento de los trastornos depresivos y del estado de ánimo, así como en el abordaje de las adicciones. Son importantes conquistas que suponen que la aceptación, democratización y popularización del uso medicinal haya dado un paso firme y hacia adelante.

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